jueves, 1 de mayo de 2008

Crítica Somm (Aliento)



Vaya por delante mi admiración por el cine de Kim Ki-duk a quien descubrí y me conmocionó con Seom (La Isla) y años más tarde nos regaló, por que eso fue un regalo, con su mejor película hasta la fecha: Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera.
Aliento (2007) es su último trabajo, acogido tibiamente por la crítica en Cannes, que no impide que sea recibido con expectación (prueba de ello es el lleno absoluto en el pase de esta noche).
El cine de Kim Ki-duk, siempre esperado, se caracteriza por personajes al límite cuyos conflictos interiores y pasado y presente torturado, les conducen a una búsqueda de redención como único camino para liberarse. Historias contadas de forma pausada, de lenguaje visual sencillo pero capaz de crear momentos de gran lirismo, donde la serenidad se ve rota por estallidos secos de violencia (algo que le asemeja al cine de Takeshi Kitano). Es a partir de la ya mencionada Primavera, Verano… donde esta violencia explícita se suaviza, casi no nos es mostrada, pero no desaparece, todo lo contrario, el hecho de no mostrarla la hace si cabe mas presente.
Aliento cuenta la extraña relación que se establece entre Jang Jin, un condenado a muerte que ha perdido todo interés por vivir y que intenta infructuosamente suicidarse ante la angustia de su ejecución; y Yeon, una mujer infelizmente casada con un hombre que la engaña y desprecia con saña.
En el universo de Ki-duk, las mujeres se nos presentan como víctimas de una sociedad machista donde no cuentan para casi nada, pero con una gran fortaleza y determinación; mientras que los hombres, con una carga cultural heredada o adquirida que les hace chulos, egoístas y violentos (física o emocionalmente), se dividen entre los que permanecen fieles a si mismos y los que deciden deshacerse de ese legado que les atormenta y les hace débiles.
Cierto es que Ki-duk ya nos ha contado algo parecido, su extraordinaria Hierro 3 sin ir más lejos, pero como se acerca a sus personajes no deja de sorprendernos nunca. Las visitas de Yeon a la cárcel, momentos verdaderamente divertidos y surrealistas (y auto homenaje a su Primavera, Verano…) son vigilados por un gran hermano que los interrumpe sádicamente en el momento en que sus cuerpos se encuentran buscando ese aliento a que hace referencia el título. Aliento, la falta de el, como el que siente el compañero de celda de Jang Jin; aliento que devendrá en celos para los personajes que rodean a la “extraña” pareja; aliento que es sinónimo de ternura, de amor, de afecto, en definitiva de vida.
Película de rodaje rápido, solo 10 días, obra menor si se quiere, que apunta muchos temas que su corta duración impide desarrollar, contiene sin embargo uno de los finales más conmovedores que se han visto. Estructurado en apenas cuatro planos, de forma sencilla, permanece en nuestras retinas mucho después que se enciendan las luces y al menos para mí, permanecerá en el rincón de los momentos inolvidables del cine.

Nota: 8

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