lunes, 28 de abril de 2008

Crítica The Rebirth


The Rebirth (Ai No Yokan) 2007, triunfadora en el festival de Locarno. Escrita, dirigida en interpretada por Masahiro Kobayashi, la historia se sustenta entre el padre de una víctima asesinada a puñaladas y la madre de la homicida. Los dos coinciden accidentalmente en un hostal, de habitaciones minúsculas y claustrofóbicas. Ella quiere pedir perdón por el crimen de su hija, el no puede perdonar.
Película prácticamente sin diálogos, a excepción del inicio y el final de la misma, es un trabajo sobre la incomunicación (tema casi obsesivo en la mayoría de cinematografías asiáticas y algo de que ya hemos hablado en Radio Palleja), el dolor, y la redención. Si los pecados de los padres recaen sobre los hijos injustamente, ¿los pecados de los hijos deben recaer sobre los padres?. Pedir perdón es, en muchos casos, difícil para el ser humano. Aceptar ese perdón también.


Para ello Kobayashi estructura el film en la repetición sin fin de tres movimientos: comer, trabajar e intentar dormir. Y lo hace repitiendo obsesivamente acciones, ángulos y movimientos de cámara, consiguiendo a menuda que avanza el film una sensación de opresión asfixiante.
Película llena ambientes vacíos de calor y presencia humana; y de silencios solo rotos por los ruidos que envuelven a los personajes, ruidos que a excepción de la fundición donde trabaja el protagonista son casi silenciosos, puede llegar a desesperar al espectador que no tenga la voluntad o paciencia (cosa muy respetable) de intentar observar los sutiles cambios gestuales en la interpretación de los actores.
Pero esa reiteración de situaciones, quizá un poco alargada, es necesaria para mostrar como los cuerpos de los personajes va reflejando la posibilidad de llegar al renacimiento a que hace referencia el título del film.
La película se cierra con una canción, único momento musical escrita e interpretada por el mismo Kobayashi, que sintetiza las intenciones del film.
Quizá sea innecesario ese colofón final por que el mensaje ha llegado muy claro, pero no desmerece a un film necesario y emotivo.

Nota: 7

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